Conferencia sobre Decrecimiento

“Documenta San Andrés” contó el miércoles 11 de enero con la conferencia del profesor de la Universidad de León, Enrique Díez, titulada “El Decrecimiento: Menos, para vivir mejor.

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Izquierda Unida de San Andrés organiza “Documenta San Andrés”, un espacio de reflexión cultural, debate y análisis de la realidad que vivimos en nuestra sociedad y que pretende que los vecinos y vecinas de San Andrés puedan tener un lugar de encuentro, análisis, participación y elaboración de propuestas de salida a esta crisis que vivimos.

Los miércoles cada 15 días, en el aula de UNED de San Andrés (C/ Cardenal Cisneros, 51), a las 19 horas, Izquierda Unida propiciará este espacio abierto, asambleario, horizontal y participativo para la reflexión, la toma de conciencia y la elaboración de estrategias de participación popular a través de documentales y mesas redondas. El lema de este espacio es VER, SABER Y ANALIZAR PARA PENSAR Y ACTUAR.

El miércoles 11 tuvo lugar una conferencia-debate sobre el Decrecimiento. La economía del “crecimiento” del sistema capitalista, la denominada sociedad del “desarrollo”, lejos de producir bienestar y satisfacción de las necesidades para toda la humanidad, lo que ha conseguido es asentar la denominada sociedad el 20/80: que unos pocos, cada vez menos, sean muchísimo más ricos, mientras que la mayoría de las personas del mundo se precipitan en el abismo de la pobreza, la explotación y la miseria. Al mismo tiempo, el planeta es esquilmado, saqueado en sus recursos limitados y empujado hacia una catástrofe ecológica que pone en serio peligro la vida sobre la Tierra y la supervivencia de las generaciones venideras.

Si seguimos obstinados en el modelo capitalista del crecimiento, este parece ser el destino de la humanidad. No es posible el crecimiento continuo en un planeta limitado. No sólo estamos destrozando el planeta a un ritmo acelerado, sino que estamos condenando a las futuras generaciones a heredar un planeta arrasado y esquilmado de sus recursos naturales. Vivimos en una sociedad en fuga permanente hacia adelante, derrochando nuestras posibilidades energéticas y entendiendo que más (un coche más nuevo, más grande, con más cilindrada) es igual a mejor.

Todo el mundo lo sabe. Todos y todas somos conscientes, de una forma o de otra, que la humanidad corre hacia el precipicio con nuestro actual modo de vida, basado en el aumento del crecimiento de la producción y el consumo. Pero nos negamos a asumirlo porque este capitalismo ha colonizado nuestro imaginario mental y utópico. De hecho, los planes de recuperación de las crisis se asientan en el imperativo del aumento del crecimiento, de la productividad y competitividad, del poder de compra y, en consecuencia, del consumo.

Sabemos que únicamente la ruptura con el sistema capitalista, con su consumismo y su productivismo, puede evitar la catástrofe. Sabemos, pues, cuál es la solución. El sistema capitalista está basado en el crecimiento compulsivo, el sobreconsumo, la depredación y el despilfarro. Lo sabemos, pero procuramos mirar hacia otra parte, porque si no, nos veríamos obligados a cambiar de rumbo.

Decrecimiento es una filosofía y una forma de vida requiere la descolonización de nuestra cultura basada en crecimiento. Es un enfoque que desafía nuestro mundo productivo-consumista abriendo espacio para una discusión sobre cómo construir el nuevo mundo que buscamos donde la cuestión fundamental sería: ¿es posible vivir mejor con menos?

Los analistas de un concepto en boga, la Felicidad Interior Bruta, aseguran que cuando están cubiertas las necesidades básicas, el bienestar personal no aumenta con la fórmula del máximo enriquecimiento en el menor tiempo posible. Esto explicaría que, sobre el papel, los habitantes de Bután, con una de las rentas per cápita más bajas del mundo, superen en grado de satisfacción personal a los de países que lideran la tabla de prosperidad material.

Hay recursos suficientes, si se administran bien, para que una población del tamaño de la actual pueda vivir con dignidad. De todas formas, si no decrecemos voluntaria y racionalmente, tendremos que hacerlo obligados por las consecuencias de la carestía de la energía y el cambio climático que acompañan al despliegue del capitalismo global.

Para leer la conferencia pincha en: Decrecimiento_ok