Contra el Pacto del Euro: 19-J

Qué es el Pacto del Euro

No al Pacto del Euro

El 19 de Junio se ha convocado a la ciudadanía a tomar pacíficamente las calles de León, sumando su voz a la de los ciudadanos y las ciudadanas de la Unión Europea. Bajo el lema «No al Pacto del Euro: Europa para los ciudadanos y no para los mercados«, Democracia Real Ya convoca, junto con otras organizaciones y colectivos, movilizaciones para el 19 de junio en la mayoría de las ciudades del estado, ante la amenaza que suponen para el bienestar social de los pueblos los nuevos recortes en los salarios, en las pensiones, en la I+D, en la sanidad y en la educación; así como la eliminación de los servicios sociales, el mayor retraso en la edad de jubilación, la ampliación de los impuestos e injustos reajustes de los salarios a la productividad y la competitividad, previstos en la aplicación del Pacto del Euro, que se considera el mayor atentado socioeconómico e internacional contra los derechos sociales.

El llamado Pacto del Euro consiste en un paquete de medidas acordadas por los diecisiete países que forman la zona euro, que con la excusa de “combatir la crisis y la deuda”, como denuncia el movimiento ATTAC, va a establecer sistemas permanentes de revisión de las pensiones, aumentando la edad de jubilación y reduciendo el importe de las mismas (al ampliar el número de años para su computo); va a avanzar en la definitiva privatización de las Cajas de Ahorro, cuando si algo ha quedado claro en la actual crisis es la necesidad de la existencia de una banca pública capaz de canalizar financiación a empresas y familias en momentos como este, en que la banca privada está asfixiando a consumidores, pequeñas y medianas empresas del país con congelación del crédito.

Entre el 23 y el 27 de junio se ratifica en el Parlamento Europeo este Pacto del Euro, en función del cual se quiere imponer a los países miembros de la UE también la rebaja de los salarios; la individualización de la negociación de los convenios laborales para romper la fuerza de la unión de los trabajadores y trabajadoras; la reducción de los sueldos de los trabajadores públicos para que no sirvan de referencia al alza a los trabajadores del sector privado; la vinculación de los salarios a la productividad y su desvinculación a la subida del IPC.

El Pacto del Euro plantea la reducción de las cotizaciones a la seguridad social que financian las prestaciones cuando estamos de baja por enfermedad, financian las pensiones contributivas, así como el desempleo y la formación profesional. Esta reducción de las cotizaciones a la seguridad social debilita así el sistema público de pensiones y aumenta la regresividad del sistema fiscal puesto que se va a sustituir por impuestos indirectos, aumentando el IVA, que se pagan con independencia del ingreso de los individuos. De esta forma, paga lo mismo el banquero Botin que un parado de larga duración. Además esta estrategia de aumentar impuestos indirectos y reducir los directos y progresivos (IRPF) va contra los principios constitucionales: el principio de capacidad económica que establece que los impuestos deben gravar la economía de las personas según el patrimonio de cada cual, y el de progresividad que nos dice que a mayor renta debe corresponder una mayor cuota fiscal.

El Pacto del Euro supone también la precarización aún más del empleo en Europa, haciéndolo más inseguro y temporal, además de más barato, impulsando las Empresas de Trabajo Temporal (ETT). Parece que no ha sido bastante con la prueba de la absoluta ineficacia en materia de creación de empleo de la última reforma laboral, aprobada por decreto hace casi un año, por el gobierno actual. Además, este Pacto, obliga a reducir los déficit presupuestarios por debajo del 3%, para lo cual se exige reformar el sistema de pensiones buscando “ajustar la edad de jubilación efectiva a la esperanza de vida”, privatizar el sistema sanitario y reducir las prestaciones sociales. Como recuerda ATTAC, la primera economía del mundo, EE.UU. mantiene el déficit público más abultado del planeta, y al contrario que la Unión Europea, viene desarrollando en estos últimos años de crisis una política económica expansiva, con aumento del gasto y la inversión pública como la mejor manera de incentivar el empleo y el crecimiento económico.

Este Pacto del Euro exige también avanzar en los procesos de privatización de las empresas y servicios públicos. Pero, eso sí, pide que la banca esté saneada y para ello los gobiernos tendrán que desviar fondos públicos para “reestructurar las entidades vulnerables, que incluirán soluciones del sector privado” y los detraerán del dinero del desempleo, del estado de bienestar para garantizar la “prestación de apoyo público en caso de necesidad”.

Para reafirmar estas medidas antisociales, el Pacto insta a “traducir en legislación nacional estas normas presupuestarias” con objetivo de garantizar que posean un “carácter vinculante y duradero suficientemente sólido”. De hecho, se propone que se introduzcan en leyes marco o incluso en las propias constituciones. Estas nuevas normas tienen que ser decididas por toda la ciudadanía afectada, no por unos gobiernos que se inclinan de forma servil ante la dictadura de los mercados (la banca internacional y los grandes fondos especulativos). En sintonía con esta demanda clave de Democracia Real Ya, el que haya referéndums obligatorios y vinculantes para las cuestiones de gran calado que modifican las condiciones de vida de la ciudadanía y para toda introducción de medidas dictadas desde la Unión Europea, ya Izquierda Unida viene impulsando desde el mes de marzo la exigencia para que haya un referéndum de cara a que la ciudadanía se pronuncie sobre el ‘Pacto del Euro’. Decidir colectivamente sobre lo que nos afecta tanto como esto es un elemento esencial de la democracia.

Por eso, ante este Pacto del Euro, que no sólo supone el desmontaje efectivo del poco “Estado de Bienestar” que queda ya en Europa y la maximización, una vez más, de los beneficios del sistema bancario y financiero, sino que es profundamente antidemocrático y se puede calificar como un auténtico golpe de estado económico, el Movimiento 15M no quiere permanecer impasible y convoca movilizaciones en todas las ciudades para que la ciudadanía no sigamos siendo mercancía en manos de políticos y banqueros.

Como afirmaba el recientemente fallecido Ernesto Sábato: “estamos a tiempo de revertir esta masacre. Esta convicción ha de poseernos hasta el compromiso”. El 19-J nuestro compromiso está en tomar la calle.